Ricardo B. Salinas Pliego, el magnate usurero de los servicios financieros, distribución y venta de energéticos, supermercados y tiendas de autoservicio, servicios de seguridad, telecomunicaciones y medios de comunicación, ha dicho: “Salvemos la economía para salvar más vidas”.
¿Salvar más vidas es obligar a seguir laborando a tus trabajadores durante la emergencia sanitaria, aunque sean mayores de 65 años, mujeres embarazadas o en lactancia, personas con discapacidad o con enfermedades crónicas? No es un secreto que así está procediendo y ha sido denunciado por sus propios trabajadores.
El burgués Ricardo B. Salinas Pliego es dueño de Grupo Salinas, el cual aglutina a las empresas Grupo Elektra, Banco Azteca, Seguros Azteca, Afore Azteca, Purpose Financial, Italika, TVAzteca, Totalplay, Totalplay Empresarial, Upax, Agencia i, Promo Espacio, Grupo Dragón, Neto, Totalsec, Punto y Dialogus. Estas empresas tienen una fuerza laboral de más de 88,000 trabajadores, con 7,000 puntos de contacto, dando una aportación de aproximadamente 1% al PIB en México. Grupo Salinas tiene presencia en 8 países: México, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, El Salvador, Panamá, Perú y Colombia, y naturalmente también explota a trabajadores de estos países.
Salinas Pliego es el tercer hombre más acaudalado de México, sólo por debajo de Germán Larrea y Carlos Slim, amasando una fortuna de 11,100 millones de dólares. Con toda esta riqueza podría mandar a casa a sus trabajadores con goce de sueldo al 100%; pero así no funciona el capitalismo, funciona exprimiendo al trabajador para succionarle hasta la última gota de sangre. Y es que mantener algunas de sus empresas abiertas en época de emergencia sanitaria por COVID-19 no es necesario, y si así lo fuera, tampoco está garantizando las medidas sanitarias para evitar el contagio entre sus trabajadores.
Obrador y Salinas Pliego
El gobierno socialdemócrata, quien disfruta de su turno en la administración del Estado burgués, ha beneficiado a Banco Azteca con el manejo de las Tarjetas del Bienestar, donde se depositan los apoyos a los beneficiarios de programas sociales del gobierno mexicano como Jóvenes Construyendo el Futuro y Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores. La “buena fé” del presidente AMLO al confiar en la humanidad de los empresarios para respetar los derechos laborales durante la emergencia sanitaria por COVID-19, Salinas Pliego se la pasa por el arco del triunfo.
Los trabajadores no debemos confiar en la buena fe y la humanidad de quienes nos explotan, de quienes no respetan nuestros derechos ni cuidan nuestras vidas. Al contrario, debemos agruparnos, alzar la voz y defender nuestra salud y la de nuestras familias. Esta crisis sanitaria es un síntoma de una enfermedad mayor que se llama capitalismo, y al ocurrir agudiza la venidera crisis económica que promete ser más profunda que la de 2008-2009. Los trabajadores asumimos que la unidad es nuestra fuerza y que únicamente la solidaridad de clase nos salvará.