Educación virtual, ¿es viable para todos los estudiantes en México?

Abr 21, 2020 | Política

A pesar de los esfuerzos de los profesores y de los padres de familia para que los niños y jóvenes puedan continuar sus estudios de forma virtual, es imposible porque millones de familias no cuentan con los recursos mínimos para desempeñar sus tareas, como es la falta de computadora o de internet.

La SEP da por hecho que la gran mayoría de estudiantes ya cuenta con celular para poder conectarse, las cifras proporcionadas por el INEGI hasta el 2019 demuestran que tan sólo el 44.3% de los hogares cuentan con una computadora y el 56.4% de los hogares cuenta con internet.

Como resultado de propagación del COVID-19 en nuestro país, la primera medida que se tomó a nivel federal fue la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles de educación, tanto pública como privada.

Muchos maestros se enfrentan en este momento con la complejidad de poder proporcionar las tareas a sus alumnos y buscar el método adecuado para evaluar, así como muchos padres de familia se enfrentan al problema de tener que rentar computadoras por horas, siempre y cuando haya establecimientos abiertos para poder hacerlo, ya que a la par, se prohíbe la apertura de negocios que no sean de primera necesidad.

Ambas opciones, tanto para padres como para maestros, implica un gasto en servicios de internet, el cual va de los 450 a los 800 pesos, según el servicio contratado.

Si sumamos a esta problemática los despidos y la dificultad de trabajar por cuenta propia de una gran cantidad de padres y madres, la situación económica trunca a millones de estudiantes de la posibilidad de aprender y concluir sus estudios de manera adecuada y ni la SEP ni el gobierno federal cuentan con la disposición de recursos suficientes destinados a estas familias, como tampoco lo hacen con el resto de las problemáticas surgidas a raíz de la contingencia sanitaria, pues el gobierno protege únicamente los intereses de los empresarios, para quienes siempre tiene una solución. Y no es de extrañar, pues en el capitalismo así es como funcionan las cosas, el que tiene más, siempre crecerá su fortuna, el que tiene poco, siempre tendrá menos.

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