La salud, la enfermedad antes y después del Covid-19

Abr 23, 2020 | Política

La jornada de sana distancia se prolongará hasta el 30 de mayo, y la declaración de la Fase 3 se refiere a que nos encontramos en el inicio de la acelerada propagación de la enfermedad Covid 19 en nuestro país.

La pandemia ha provocado discrepancias de gobernadores de algunos estados hacer públicas sus diferencias con las medidas tomadas por el gobierno federal, en especial la del gobernador de Jalisco que ha dicho por ejemplo,  que las actividades escolares ya no se reanudarán y que tendrán su conclusión mediante internet  y la televisión.

Los gobiernos de los tres niveles han implementado medidas estrictas en las que se señala que comercios e individuos se harán acreedores a multas, clausuras y prisión por la violación de la cuarentena.

Pero a su vez, las medidas de confinamiento han generado inconformidades en aquellas personas que trabajan en la informalidad y cuya fuente de ingresos son el comercio y otras actividades en las que el sustento se consigue prácticamente al día, también en el caso de meseros, garroteros, transportistas y empleados despedidos y otros a quienes no se les garantiza tampoco un apoyo que les permita sobrevivir durante los días que se vuelven eternos ante la carencia.

Una parte hace lo que ha hecho siempre, soportar y echar mano de la solidaridad y de las redes familiares de apoyo. Cabe preguntarse, ¿hasta cuándo podrán soportar una crisis que se perfila prolongada? Esto sin considerar las condiciones de hacinamiento en la que viven miles de familias a lo largo del país.

La actual pandemia y la crisis acelerada por ella han puesto al desnudo las condiciones en las que millones de mexicanos han tenido que soportar y ver agravarse durante los últimos años de avance de las políticas económicas en beneficio de los monopolios.

A simple vista pudiera parecer claro que de tener condiciones adecuadas para que la población mayoritaria pudiera permanecer en casa, quizá podría tener alguna justificación la aplicación de las medidas coercitivas que pretende el gobernador de Jalisco, al contrario, no habría tal necesidad, pero en las condiciones en las que se encuentran los trabajadores despedidos, enviados a casa sin salario, o con vacaciones adelantadas, con sueldos recortados, informales que viven al día, no representan sino un despropósito que busca ejercer más un golpe publicitario y electoral, que una solución a la crisis de salud que enfrenta Jalisco y el país entero.

Hay que subrayar que el gobernador jalisciense ha sido muy propenso a utilizar el recurso de la fuerza policial para contener la protesta social, tan sólo hay que recordar la amenaza realizada a los manifestantes que se oponían al alza de los precios del transporte público deficiente e insuficiente.

La catástrofe sanitaria parece acercarse, no deseamos que esto suceda, sin embargo, cabe dicha posibilidad dada por un conjunto de problemas estructurales, como lo es la destrucción del sistema de salud, mediante recortes presupuestarios que lo han dejado en la absoluta precariedad, así como las condiciones sociales en las que viven millones de trabajadores en condiciones de vida que generan enfermedades producto de la mala alimentación, desnutrición, estrés, falta de un espacio físico adecuado, hacinamiento, imposibilidad de realizar ejercicio, resultado de largas jornadas de trabajo, un mal crónico del sistema social capitalista.

La salud y la enfermedad, así como la muerte por esta última, tiene un impacto diferente dependiendo del grupo social al que se pertenece y las condiciones de vida que esto genera como señala el Doctor en Sociología Raúl Rojas Soriano en su interesante artículo “Enfoque sociológico sobre la pandemia de Covid-19”

En este texto su autor hace una pregunta pertinente sobre la que la clase trabajadora debe reflexionar:

“2. La población experimenta en estos días (abril de 2020), en mayor o menor medida, el miedo al contagio por el COVID-19 y, por tanto, a la muerte. Habría que preguntarnos si la intención es la de mantenernos únicamente vivos, o reflexionar sobre nuestra situación de vida. Considero, por tanto, que la cuestión no es vivir más tiempo sino cómo se vive, es decir, con qué calidad de vida, la cual está en función del tipo de empleo del que se derivan las condiciones de trabajo y el monto de los recursos económicos disponibles y, por tanto, la posibilidad o no de tener: una alimentación equilibrada, una vivienda con los satisfactores básicos, transporte cómodo y seguro, así como de tiempo para realizar ejercicio físico regular, al igual que poseer una cultura médica y de salud. Lo anterior se reflejará o no en el mejoramiento del estado de ánimo de las personas. Esto último repercute en el sistema inmunitario para volverlo más fuerte o débil frente a diversas enfermedades, y que éstas se superen o agraven, según el caso.”*

Estos aspectos no se consideran para nada en los enfoques que las autoridades sanitarias aplican para enfrentar la crisis de salud, porque pone al desnudo las profundas desigualdades existentes y que consideran “naturales”, y debido a que, el modo de abordad la salud pública está también determinado por el criterio que prioriza la curación y no la prevención, y que corresponde al criterio mercantilista de la salud, tal y como lo señala el Dr. Raúl Rojas Soriano:

“Con respecto al personal de salud, si bien es cierto que hacen falta médicos* y enfermeras, y más en esta situación de emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia, debe destacarse la necesidad de modificar la formación de dichos profesionales que está orientada básicamente hacia la medicina curativa, individualista y hospitalaria, en correspondencia con las exigencias del modelo neoliberal impuesto por el desarrollo capitalista. Se requiere que la formación de médicos y enfermeras, además de una excelente preparación clínica, se oriente también hacia una medicina preventiva y comunitaria que tome en cuenta las necesidades de los diferentes grupos sociales y regiones de México.»**

Dicho enfoque tendría que enfrentarse a todo el esquema de desarrollo actual capitalista, y no sólo al “neoliberalismo”. La salud pública libre del criterio mercantil se orientaría a la educación, al fomento de hábitos saludables: alimentación sana, ejercicio, condiciones de vida adecuados que en el actual modo de reproducción social, tal cosa es sólo posible para una pequeña parte de la población.

Las afectaciones que sufren principalmente la clase trabajadora ante la epidemia son mayores que las que sufren las capas altas de la población, las que exigen la vuelta inmediata al trabajo, los que mantienen a sus trabajadores en condiciones insalubres y hacinados en sus empresas. La pandemia ha puesto a la luz de una manera escandalosa la precariedad de la vida de millones de personas y sus efectos en la salud, pero esto ha sido así durante años, y se prolongará aún después de la pandemia, seguiremos viendo como la mayoría de la población deja su juventud, su adultez, su vejez y su salud sin ver mejorar sus condiciones de vida…

*****

Estallará la crisis sanitaria, y la crisis económica, los grupos monopólicos presionaran a sus representantes políticos de todos los colores a tomar las medidas más pertinentes para salvar sus intereses económicos, y usarán el chantaje y la manipulación, la mentira y lágrimas fingidas, prometerán salvación, exigirán sacrificios y te pedirán tu voto a cambio de una promesa para continuar beneficiándose sin cambiar las bases que multiplican las enfermedades y sus efectos en la clase trabajadora.

No imaginemos que después de la crisis sanitaria, se modificará la vida mágicamente, que los monopolios y sus representantes políticos de todos los colores registrados hoy ante el INE ahora sí harán las cosas de una mejor manera, y la salud pública se verá fortalecida. Muy al contrario, en medio de la crisis sanitaria, la lucha de clases y la explotación no se han quedado en casa, y continuarán su lucha por mejores ganancias a costa de los trabajadores. El “post Covid 19” será el mismo capitalismo de hoy pero con una crisis profunda y como ayer, la única salida es la organización de los trabajadores para luchar contra la precariedad y la miseria, para poner este mundo que está de cabeza, sobre los pies del pueblo trabajador.

Cuídate, cuida a los tuyos, a tus camaradas, a los que vivimos en las mismas condiciones y padecemos de los mismos males. Usa el cubre bocas, pero no te calles, lávate las manos y levanta el puño para golpear a los hambreadores.

Notas

.* Raúl Rojas soriano. Enfoque sociológico sobre la pandemia de covid-19. Un breve análisis y una propuesta, como desafío. www.raulrojassoriano.com Ciudad de México, 14 de abril de 2020. p. 5-6

** Ibíd. p. 8-9

Autor

Share This